¿Alguien tiene un lugar en su hogar para uno de estos seres?

En la localidad de Usme, un área medio rural y medio urbana al sur de Bogotá, Colombia, dónde el frío, la lluvia y la pobreza arrecia más que en la ciudad, vive un hombre con 160 perros y 8 gatos.

Él es Diego Rodríguez, un súper humano de 37 años de edad quien decidió dedicar su vida, desde que tiene uso de razón, al cuidado de los perros, hoy sus bulliciosos y amorosos compañeros de casa.

“Desde que era niño me gustaban mucho, los recogía, y los llevaba a la casa. No me importaba que mi mamá me pusiera problema’’ dice Diego.

Los encuentra en las calles, en las esquinas. Los encuentra a donde quiera que vaya,  abandonados, hambrientos, enfermos, solitarios, maltratados, muchos heridos a muerte por sus mismos amos o atropellados por carros que van con exceso de velocidad, y los lleva a su albergue para salvarlos.

CADA PERRO ES UN GRAN PERRO

Como las personas, cada uno de los 160 perros que vive con Diego tiene un nombre que va con su personalidad, y cada perro, como la gente, tiene una personalidad o carácter diferente, que los hace únicos.

Unos son audaces, otros hiperactivos, otros excéntricos, otros más agresivos por falta de amor y atención, otros excesivamente amorosos, quienes quieren saludar con besos sin que les importe embarrar a sus visitantes, otros miedosos, silenciosos, tristes y tímidos que observan desde lejos, sin hacerse notar, y quienes tal vez no han superado sus traumas pasados.

PELUDOS POR UNA VIDA DIGNA

Después de muchos años de trabajo duro Diego Rodríguez pudo crear en el 2016, y con la ayuda de varias personas la fundación Peludos por una Vida Dignauna entidad sin ánimo de lucro que funciona en un lote en arriendo de aproximadamente una hectárea por el que Diego debe pagar cada mes. Allí, Diego se levanta a las 4 de la mañana, y después de alistarse, empieza, él sólo a atender a su multitudinaria familia.

Los alimenta una vez al día con concentrado que compra con donaciones y con bastante dificultad. Los baña y peluquea algunas veces al mes, y aprovecha cada brigada de salud y esterilización que hace el gobierno para llevarlos en bus, en grupos o en manadas a que los atiendan.

En el refugio casi cada uno de los perros tiene su casita de perro donde dormir. Las casitas están ubicadas debajo de varios campamentos improvisados, hechos con latas, plásticos y palos que tal vez el mismo Diego ha construido.
El lote tiene un amplio espacio al aire libre donde los perros corren y juegan  con sus amigos, y el agua, que viene fresca de arriba de las montañas corre libremente en el grifo,  y  los perros toman  cada vez que tienen sed.

Diego recibe algunas donaciones para comprar la comida, pagar los servicios y el arriendo, que dice, todo junto cuesta varios millones de pesos al mes, o varios miles de dólares aprovechando el devaluado precio del peso colombiano.

En los meses de suerte, durante los que recibe más ayuda económica Diego puede comprar  juguetes o cobijas para proteger a los animales del intenso frío que hace en la región durante las noches.

VIDA DE PERROS

Cada perro que llega al refugio tiene una historia diferente, y casi siempre triste. Muchos tienen enfermedades que Diego también cura, o pide ayuda a algunas universidades y veterinarios voluntarios. Otros animales tienen problemas de conducta, son agresivos y requieren de una atención estricta y especial.

En el refugio no hay tiempo de entrenamientos, sólo de cuidarlos en la medida en que se puede, y enseñarles a cumplir las normas, a seguir órdenes.

Todo el trabajo que requiere el albergue y quienes ahí viven  lo hace un sólo hombre, quien desde niño soñó con tener y querer a muchos perros, y quien no obstante los sacrificios que exige cuidar a tantos animales, le da gracias a la vida por haberle hecho su sueño realidad.

¡GRACIAS TU SIRVES!

Cada vez son más las organizaciones que impulsan el trabajo voluntario en Latinoamérica y apoyan con programas e iniciativas a otras fundaciones sin ánimo de lucro que trabajan por el bienestar de las comunidades, el medio ambiente y una existencia mejor para todos, incluyendo los animales.

Este es el caso de la Red de Voluntariado Tu Sirves que organizó la visita de jóvenes voluntarios, incluyendo a Aura María Hernández que también es parte del equipo de Medialuna Press, a la Fundación Peludos por una Vida Digna el pasado domingo 19 de noviembre.

Algunos voluntarios hicieron recolectas de dinero, comida y otros elementos  para llevarles a estos seres, que agradecieron enormemente, con besos y movida de colas la gentileza de sus visitantes. ¡Gracias Tu Sirves!

¡USTED PUEDE AYUDAR!

Cada uno de estos 160 perros y 8 gatos que están al cuidado de una sola persona puede ser adoptado o apadrinado.

¡ADOPTE UN PERRITO O GATITO SI PUEDE!

Si usted ve que tiene amor y un lugar en su casa para adoptar a uno de estos perritos o gatos comuníquese con la fundación Peludos por una Vida Digna al teléfono (+57) 300 835 73 81 o visite su página web: http://peludosporunavida.wixsite.com/peludos-oficial y haga una cita para visitar el albergue.

Debe comprometerse a cuidar, alimentar y no maltratar al nuevo miembro de su familia, y a cambio de $25,000 pesos colombianos el perro se le entregará esterilizado, limpio y listo para brindar mucho amor y felicidad a su familia.

Vea aquí los perros que puede adoptar: http://peludosporunavida.wixsite.com/peludos-oficial/adopciones

¡APADRINE A UNO DE ELLOS!

Si usted quiere hacer del mundo un mejor lugar para estos animales, apadrine a alguno de ellos  por sólo $20,000 pesos colombianos al mes, o $7 dólares mensuales. Con este dinero se le comprará la comida, medicinas y servirá para darle cuidados extras.

¡SE NECESITA MUCHA MÁS COMIDA!

Si no puede donar todos los meses, cómpreles comida cuando pueda. Usted puede comprar el concentrado  directamente en el almacén CEBA de la Av. Caracas con 72, en Bogotá, teléfono (+57) 1 3269500 con el que Diego tiene convenio, y al momento de facturar indicar que es para el Refugio Peludos por Una Vida Digna. CEBA se encargará de la entrega en el refugio. También puede contribuir donando elementos de primeros auxilios como gaza, algodón, agua oxigenada y otros elementos de higiene necesarios para mejorar la vida de los perros, como cobijas, colchones o desparasitantes.

¡AGUA, POR FAVOR!

Si usted no tiene dinero para donar, ponga recipientes desechables con agua fresca en las calles de pueblos o ciudades dónde deambulan perros callejeros, ellos necesitan beber mucha agua limpia al día. Trate de educar a los que no saben que la violencia contra los animales no es permitida bajo ninguna excepción.

¿VETERINARIO O VOLUNTARIO?

Si usted es veterinario podría donar unas horas de trabajo y visitar el albergue para curar, entrenar y desparasitar a algunos de los animales que lo necesitan. Si usted quiere ayudar también con el mantenimiento del albergue ¡será muy bienvenido!

CAMPAÑAS DE ESTERILIZACIÓN

Y si usted es un miembro del gobierno, haga esfuerzos por invertir en campañas para esterilizar y desparasitar a estos animales, para que ningún perro que nazca deba vivir sin amor y sin casa, para que vivan saludables y de manera digna.

Reportaje: Aura María Hernández 

Redacción: Diana Leal, Aura Marí­a Hernández

Fotografías: Fundación Peludos por una Vida Digna, Red de Voluntariado Tu Sirves, Aura María Hernández

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