A través de los famosos retratos renacentistas de mujeres es posible entender cómo se originó la moda moderna, y la forma como el arte influyó en la moda. Fue durante este período que por primera vez en la historia del arte las mujeres y los detalles de su belleza se convirtieron en objeto de atención, una atención algo obsesiva.
Los artistas empezaron a enfocarse intensamente en las caras, en el pelo y la ropa que usaban las mujeres, y así, el retrato femenino tomó otro elemento expresivo, más allá de representar la personalidad y el estatus social.
Simonetta Cattaneo, la musa e inspiración de las pinturas de Botticelli, puede considerarse la primera “supermodelo” en la historia. Nació en Génova y se casó con Mario Vespucci, primo de Amerigo Vespucci, quien bautizó América.
En 1475 Simonetta fue nombrada como la “Reina de la Belleza,” en el popular torneo de caballeros conocido como La Giostra, cuyo ganador fue Giuliano de Medici, hermano de Lorenzo el Magnífico.
En 1476 Giuliano y Simonetta se embarcaron en una historia de amor que tuvo un final trágico. Ella tenía solo 22 años cuando murió de tuberculosis.
Giuliano murió unos años después en la Conspiración Pazzi. Se cree que la cara de Simonetta aparece en “El nacimiento de Venus” y en la “Virgen del Magníficat” en los Uffizi.
Otro modelo fue Lucrecia Panciatichi. En el retrato de Bronzino aparece con un peinado “complicado”, ojos azules y una expresión melancólica, y vestida con un suntuoso traje de terciopelo rojo, con un corso adornado con piedras preciosas.
Uno de sus dos collares llevaba la inscripción “amour dure sans fin”, una alusión al amor de Dios, mientras que su mano derecha sostenía un libro de oraciones. Las mangas de su vestido eran grandes y notorias, como era común.
Artículo tomado de Florenze News