“Cali es un ecosistema de sensaciones que no conoce razones”
Fotografía tomada de https://feriadecali.com.co/
Por Paola Gallego Medialuna Magazine
En Cali, la conocida “capital de la salsa” del mundo, ubicada al suroccidente de Colombia, la fiesta —cualquier fiesta de cualquier día de la semana— empieza a la hora que baja la brisita caleña, esa que llega desde las montañas de Los Farallones, como a las 5 de la tarde, y la fiesta empieza con una cerveza.
En la capital de Valle del Cauca no se necesita mucho para bailar, pero en diciembre las razones sobran. Cada año, entre el 25 y el 30, la ciudad entera se viste con su mejor pinta y la salsa retumba por la ciudad entera. Y cómo no, si es temporada de la Feria de Cali.
“Si por la quinta vas pasando
Es mi Cali bella que vas atravesando
Si por la tarde las palmeras
Se mueven alegres
La noche está esperando”
La Feria de Cali es el gran evento en la ciudad y algunos dirían que es unos de sus símbolos más preciados. Este año la gran fiesta colectiva celebra su versión número 64. 64 años durante los cuales han pasado or sus tarimas los más grandes artistas de la salsa como Celia Cruz, Los Hermanos Lebrón, El Gran Combo de Puerto Rico, Gilberto Santarosa y Willie Colón.
Entre sus eventos más importantes están el Salsódromo y el Superconcierto, que cuenta con la participación de orquestas locales, nacionales e internacionales que representan distintos ritmos tropicales.
“¡Y fiesta! ¡Y rumba!
Y rumba que es la feria de la caña
¡Y fiesta!¡Y rumba!
Y rumba que es la feria de la caña”
Fotografía tomada de https://feriadecali.com.co/
“El baile, en la feria, es con el de al lado, con el del frente, entre todos, si no, no es bueno”, dice Yolanda Goméz, caleña y asistente de la Feria.
La Feria de Cali son los bafles de los vecinos con las canciones de Richi Ray y Bobby Cruz; son las mejores pintas paseándose por las calles, buscando el ron, el “guaro” o aguardiente, o la “pola” o cerveza); la Feria de Cali son las fritangas nocturnas para bajar la borrachera y seguirla hasta la noche del día siguiente; son los bailes en el andén y el sancocho de olla en el río para bajar el guayabo.
La Feria de Cali, que convoca a miles de colombianos y extranjeros, se dio este año en medio de la cuarta ola de contagios por COVID que enfrenta Colombia (6.326 casos positivos en un día) y la nueva variante ómicron.
La última vez que la Feria de Cali había abierto sus puertas antes de este año de manera presencial al público, fue en el 2019 y fueron más de 1 millón de personas las que “azotaron baldosa” o bailaron en la feria ese diciembre.
Y aunque desde el mes de noviembre, según las autoridades sanitarias de Cali, la capacidad de los hospitales en la ciudad se mantiene estable (al 8 %) y no existe un mayor número de contagios, el Gobierno Nacional del país anunció la misma semana de la Feria que Colombia está en la puerta de la cuarta ola del COVID. Así, el penúltimo día de la Feria de Cali, en Colombia se registró el mayor número de contagios que se veía desde el mes de agosto.
Fotografía tomada de https://feriadecali.com.co/
La Feria se toma la ciudad. Está en los bares, en las discotecas, en las calles y en la fiesta de la cuadra; y las medidas de autocuidado también están advertidas en las paredes y los carteles de los eventos, “sin el esquema de vacunación no entra” y “use su tapabocas”, son algunos ejemplos.
“Pero la gente está cansada” dice William Ramirez, ino de los asistentes al evento. “uno ve que todo el mundo sale y nada les pasa”
Aunque las medidas parecen suficientes y justas para dejar que la gente goce de sus fiestas y se pueda controlar el virus a tiempo, la gente parece desprevenida. O, quizá, aburrida e indiferente.
“Es que a Cali ya no le importa el COVID”, opina Andrea, una caleña que no asistió al evento.
Esto se da mientras el Gobierno colombiano advierte un aumento de casos en ciudades como Cali, Bogotá y Medellín durante las primeras semanas de enero. Además, sumado a lo anterior, la Organización Mundial de la Salud ya ha confirmado la rapidez de ómicron al propagarse y ha alertado sobre su aparente resistencia a las vacunas.