La comida mexicana con su exuberancia de ingredientes y su riqueza de sabores, colores y tradición tiene bien ganada su admiración y reconocimiento alrededor del mundo
Por Diana L.K
Cuándo hablamos de la comida mexicana no nos referimos a los tacos callejeros hechos con tierna carnita de cerdo sazonada con condimentos naturales y cocinada de manera lenta por horas para que conserve sus jugos.
Tampoco nos referimos a su enorme variedad de salsas hechas con su colorida y rica variedad de chiles que alcanzan cerca a las cincuenta especies y en las que veinte son los más utilizados.
Tampoco nos referimos al sabor de sus cebollitas verdes y rojas, cilantro, tomate (jitomate como le llaman los mexicanos) ajo y limón.
No estamos tampoco hablando del arroz amarillo cocido con caldo de pollo o res, sazonado con tomates frescos, para acompañar el caldo hecho con vegetales frescos y saludables.
No hacemos referencia aquí tampoco a sus frijolitos con queso, refritos, cremosos y picanticos.
Cuándo hablamos de la comida mexicana y su fama internacional nos referimos a sus moles y mariscos, a sus exóticos platos cuya base son sus abundantes chiles, sus jugosas carnes cocinadas con maestría y dedicación.
Cuándo se habla en el mundo de la gastronomía de México se hace referencia a una historia milenaria y su rica influencia de las civilizaciones Maya y Azteca y la utilización de hierbas y condimentos propios de las diferentes regiones.
Además debemos reconocer la importante influencia que tuvo en la cocina mexicana, la comida francesa y Española, en especial en algunas regiones a las que llegaron en el periódo llamado de la conquista y dónde se asentaron y llevaron con ellos su tradición y cultura.
Comida del día a día
Pero también la comida sencilla, del día a día es increible en sabores, y aunque no todos lo crean, es nutritiva y saludable. Vean este caldo de res, ideal para los días fríos.
La comida mexicana y todo su festín de sabores y colores no es sólo el resultado de la riqueza de los suelos mexicanos, y sus frutos.
Hay algo especial en la forma de quienes participan en la magia y es la alegría, la generosidad y la sencillez con la que cocinan, sirven y comparten sus sabrosos platos.
En los Estados Unidos por ejemplo, país vecino, origen de una continua y multitudinaria migración, los mexicanos son más que grandes chefs.
Ellos son motor en las cocinas de restaurantes de comidas de cualquier origen.
O que alguien diga que cocina o dónde no hay un mexicano cocinando, cortando, sazonando, lavando y limpiando para que salgan los platos exquisitos y deleiten a los hambrientos clientes a lo largo de los Estados Unidos?
Los vecinos del sur, hombres y mujeres, inmigrantes que debieron o qusieron dejar su país por necesidad, o por gusto, o por moda, han sido no sólo excelentes cocineros y trabajadores, también empresarios.
Dificil ver una cuadra, un barrio, o localidad sin un restaurante mexicano, manejado por trabajadores mexicanos.
Y si hablamos de lo que pasa en México, pareciera que además de sus millones de restaurantes, desde los exquisitos y famosos, hasta los puestos de tacos callejeros, pudieran tener la misma magia.
Magia de sabores y colores y disponibilidad y amor natural por lo que se hace, eso es la comida mexicana, una mezcla de exquisitos ingredientes, grandiosas influencias, y el talento, la pasión y la generosidad de los cocineros.
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